EL TREN COMO TRANSPORTE PÚBLICO Lic.A.E.Marín

EL TREN COMO TRANSPORTE TURÍSTICO

Licenciada: ANA E MARTÍN

EL TREN, UNA FORMA DE ACCEDER A UN DESTINO Y UN DESTINO EN SÍ MISMO.

“El ferrocarril, que es la supresión del espacio, obra este por tanto mejor que todos los potentados de la tierra; el ferrocarril innova, reforma y cambia las cosas más difíciles. Ellos son a la vida local de nuestros territorios inferiores lo que las grandes arterias a los extremos del cuerpo humano: manantial de vida”. Juan Bautista Alberdi

Los medios de transporte en general son componentes fundamentales del sistema turístico por conformar el mecanismo que contacta el turista con el destino turístico, pero al referirme al tren propongo considerarlo desde dos perspectivas: como medio de transporte público de pasajeros hacia el destino y como, en algunos casos, un destino turístico en sí mismo.
Tren y turismo comparten una historia común, tanto es así que el primer viaje colectivo organizado del que se tiene conocimiento fue el programado por Thomas Cook en 1841 y fue realizado en un tren especial.
En nuestro país, muchos de los principales destinos turísticos nacieron o se desarrollaron a instancias de este medio de transporte que a partir de la multiplicación de sus líneas modificó el espacio geográfico, achicándolo acercando las ciudades, las provincias y aún los países.
En la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el legendario, Ferrocarril del Sud resultó un impulsor concreto de la actividad turística: así en 1908 inaugura el Club Hotel Sierra de la Ventana emprendimiento turístico que conjugó tres elementos interactuantes tren-hotel-casino. Pero no sólo este destino turístico se asocia al ferrocarril las localidades balnearias de Ostende y Mar del Plata o las recreativas como Tigre y Adrogué, constituyen referentes bonaerenses, entre otros, de la incipiente actividad turística del primer cuarto de siglo, basada en el ferrocarril.
En términos generales el negocio ferroviario comenzó en Argentina hacia 1857 pero es en el periodo 1875-1914 donde se produce el rápido avance en la construcción y configuración de la red ferroviaria que prácticamente ha llegado hasta nuestros días. En el año 1946 ya comprendía 19 compañías de las cuales 12 eran privadas, 6 del Estado Nacional y 1 de la Provincia de Buenos Aires. Las compañías privadas tendieron sus líneas sobre las áreas de mayor potencialidad económica, en tanto que el Estado lo hizo sobre zonas y regiones que requerían acciones de fomento generando finalmente una red confluente en el Puerto de Buenos Aires de acuerdo al modelo agroexplotador de materias primas.
El ferrocarril en Argentina y en el mundo tuvo su momento de apogeo durante la mayor parte del siglo XIX y las cuatro primeras décadas del siglo actual, siendo en ese periodo monopólico y exclusivo. La Segunda Guerra Mundial marca el comienzo de una nueva era en la evolución del transporte, en la cual el transporte automotor primero y la aviación después desplazan al tren tanto en el transporte de pasajeros como cargas. El problema planteado en el ámbito mundial encuentra diferentes formas de resolución: los europeos trataron de tecnificarse, mejorar y competir y en los Estados Unidos las empresas privadas volcaron sus esfuerzos al transporte de cargas y progresivamente abandonaron el tráfico de pasajeros.
En Argentina, siguiendo el modelo norteamericano se priorizó el transporte de pasajeros por automotor, pero a diferencia de ellos no se dirigieron los esfuerzos al transporte de cargas por ferrocarril. Y el ferrocarril inició una lenta pero paulatina involución.
Para cuando el Estado compró los ferrocarriles, el 1º de marzo de 1948, existían 44.000 kilómetros de vías que pasaron a ser administradas por Ferrocarriles Argentinos. Este organismo que en principio tuvo un buen manejo, pronto evidenció falencias, producto en parte de gestiones breves, de la burocratización del sistema y el mantenimiento de las tarifas por debajo de sus costos de producción (que impidieron la reinversión).
En cuanto a la red ferroviaria, hasta 1958 se mantuvo estable, pero a partir de ese año se inicia la regresión de la misma producida por el desmantelamiento del ferrocarril, el cierre de ramales, el levantamiento de vías, cierre de estaciones y talleres, supresión de servicios y disminución de planteles de personal. Para 1985, la extensión de la red ferroviaria total del país era de 34.091 kilómetros.
Con respecto al volumen de pasajeros hace 20 años, 1978, la participación del Ferrocarril en el transporte de pasajeros interurbanos alcanzaba el 7 % del total del transporte en la jurisdicción nacional. La política de racionalización iniciada en esta época, de mantener el tráfico de pasajeros interurbanos sólo en aquellas líneas que tienen asegurado un servicio en condiciones económicamente aceptables, produjo una reasignación del tráfico en beneficio del autotransporte y en particular del automóvil.
Como resultado de estos vaivenes la participación del Ferrocarril en el PBI nacional pasó de ser el 43,6 % en el quinquenio 1950-54 al 13,9 % en el año 1980. Al inicio de esta década sólo el 43 % del material tractivo estaba en servicio, los ingresos apenas cubrían el 50 % de los gastos del personal, y la participación del ferrocarril sumando el transporte de cargas y pasajeros era del 12 % contra el 88 % correspondiente al automotor, a pesar de ser este el medio de transporte más caro y que mayor polución produce.
Con estos guarismos a la vista, indicadores de las pérdidas que el tren generaba en términos de eficacia, en el año 1989 el Estado, en el marco del proceso de privatización de los servicios relacionados con la infraestructura, decidió privatizar la explotación del sistema ferroviario concesionándolo.
El Ferrocarril en la Argentina de hoy presenta una realidad distinta que, a nuestro entender desaprovecha muchas de las posibilidades que este medio ofrece desde el campo de turismo.
La red actualmente explotada, según datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte está distribuida en los siguientes concesionarios y provincias: Trenes Buenos Aires S.A. (líneas Mitre y Sarmiento), Trenes Metropolitanos Gral Roca S.A., Metrovías S.A. (línea Gral Urquiza). Trenes Metropolitanos Gral San Martín S.A. Ferrovías S.A.C. (línea Belgrano Norte), Trenes Belgrano Sur S.A. y Tren de La Costa y las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Tucumán (reinició servicios en octubre de 1997) Chubut, Córdoba y Chaco (cubre trayecto Resistencia- Sabana desde diciembre de 1997).
Según cifras del INDEC, el total de pasajeros urbanos e interurbanos transportados durante 1997 fue de 461 millones. De ellos sólo el 0,55 % corresponde a pasajeros interurbanos, que en el periodo 1995/1997 promedia los 2.530.000 pax/año; el 94 % de ellos corresponde a pasajeros transportados en la provincia de Buenos Aires.
La Provincia de Buenos Aires desde enero de 1993 administra 5000 kilómetros de red ferroviaria como consecuencia de la cesión que el Estado Nacional hiciera a las provincias que manifestaron su interés en hacerse cargo de los ramales y servicios de trenes que se presente en sus respectivos territorios.
Los principales corredores turísticos de la provincia se hallan así atendidos por la denominada Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Bonaerense, creada por Decreto 99/93. Las ciudades balnearias de Pinamar, Cariló, Valeria del Mar, Villa Gesell, Mar Chiquita, Mar del Plata, Miramar y Necochea cuentan con servicios regulares durante todo el año.