LOS AUTOMÓVILES

AUTOMÓVIL

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a misma razón por la que un conductor de hoy se desesperaría- el agua recalentada en el radiador del auto- fue motivo de alegría infinita para Nicolás Joseph Cugnot. El agua hirviendo en el frente de su vehículo generó el vapor necesario dentro de la caldera para que la presión producida desplazara los pistones y éstos transmitiesen ese movimiento a las ruedas. El fardier de Cugnot, allá por 1763 para algunos y 1765 para otros está considerado como el primero del mundo.
Al ponerse en movimiento las ruedas de la Caldera de Cugnot, no solamente arrancó su historia. También se inició la del transporte individual, con toda la implicancia social que tal independencia significa. Se puso en marcha el ciclo de las redes camineras, de la contaminación, de las estaciones de servicio, de los embotellamientos de tránsito, de las competencias, del consumo de petróleo y, fundamentalmente, del trabajo de millones y millones de hombres en todas las latitudes del mundo. Braceros en los algodonales y en las plantaciones de caucho de Asia y Sudamérica; ingenieros y químicos en Europa, Estados Unidos y Japón; dibujantes, proyectistas, mineros, publicitarios, obreros especializados, científicos, todos cumpliendo la diaria tarea individual que una vez sumada y condensada da forma definitiva al indiscutible becerro de oro del siglo veinte: el automóvil. En cada unidad que se construye en el mundo se consume un promedio de 1.000 kilos de acero. La industria norteamericana, solamente, elabora cada año 68.000.000 de kilos por espuma de poliuretano, 156.000.000 de algodón, 73.000.000 de lana, otros 12.000.000 de productos químicos, 91.000.000 de litros de pinturas y lacas. Toda esta suma para dar forma a la herramienta personal de transporte de buena parte de la Humanidad.
Pero restringir la función del automóvil a la condición de transporte individual significa restarle gran parte de su gravitación en el desarrollo de las infinitas variantes de vehículos y sus respectivos usos. Tengamos en cuenta los cientos de miles de jeeps, tanques y unidades de combate que han contribuido nada menos que a cambiar la historia y la geografía del mundo; los miles y miles de vehículos mecanizados que han suplantado a animales y hombres en las tareas agrícolas; los bulldozers, palas mecánicas y retroexcavadoras que han liberado al ser humano de la penosa tarea de arrastrar millones de toneladas de tierra y roca para poder realizar las grandes obras de ingeniería; los medios de transporte colectivo, que a partir de una frecuencia de paso y una capacidad prácticamente ilimitada han facilitado la organización del trabajo en todo el planeta.
Y todavía le queda reservada al Este la concreción del sueño actual de la Humanidad: trabajar en las ciudades y vivir en el campo. Las últimas estadísticas revelan que el crecimiento vegetativo de las ciudades tiende a hacerse cada vez más lento, mientras que las zonas suburbanas que rodean a las grandes urbes tienden a crecer asombrosamente en el tamaño y población. Se revierte el proceso inicial que también fue facilitado por el auto en las sociedades desarrolladas: el éxodo de los habitantes del campo hacia las ciudades en la que las oportunidades de trabajo, comercio y distracción eran, al promediar los años ’20, mayores que en la zonas rurales.
Un siglo antes de Cristo, Nathán, profeta de la corte del Rey David, predecía que “... los carros asolarán los caminos, se desafiarán unos a otros, brillarán como antorchas y correrán como relámpagos...”. Más moderada pero igualmente predictiva es la profecía de una epístola de Roger Bacon, monje inglés a quien se atribuye la invención de la pólvora. Decía, allá por el año 1290 de nuestra era que “...será posible un día construir carros que arrancarán y seguirán en movimiento sin el empleo de la fuerza humana, ni de la tracción del caballo o de cualquier otro animal...” Miles y miles de concesionarios en todo el mundo que venden sedanes, cabriolets, cupés, limusinas, spiders, berlinas y convertibles, de todos los colores posibles, con o sin turbocompresor, con o sin opcionales, al contado o crédito, aseveran que tanto Nathán como Bacón veían con bastante claridad el futuro. Por lo menos, el del automóvil.

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uál es el mapa de su fabricación? Pues el mismo que el del mundo desarrollado: Europa, América del Norte y Japón. ¿Cómo se ha ido conformando, desde fines del siglo pasado hasta hoy este diagrama? Empecemos por Alemania. El primer nombre alemán que se presenta en la historia es el de Karl Benz. La firma Benz construyó magníficos ejemplares de turismo y de carrera, y perfeccionó el motor Diesel antes de ligar su destino al de Mercedes, marca utilizada por la sociedad Daimler, también alemana. Gottlieb Daimler amerita su sitio en la historia al haber patentado, en 1883, el ancestro de lo que es el motor de combustión interna moderno. Ambas empresas, reunidas en 1926 bajo el nombre Mercedes Benz, influyeron a través de la calidad y la tecnología aplicadas en toda la industria alemana, aún en los automóviles pequeños. Muy pocos saben que esta firma tuvo activa participación en la gestación de Volkswagen, aunque la creación del más vendido del mundo- conocido como Escarabajo-, es producto del ingeniero alemán Ferdinard Porsche, autor del proyecto e iniciador de una de las marcas de mayor prestigio en el planeta de los modelos deportivos: Porsche, Daimler y Benz cedieron licencias de fabricación a los franceses, que fueron tempranos constructores de automóviles. En 1904, Delaunay- Belleville, buscaron la perfección del mismo modo que Rolls Royce en Inglaterra: refinamiento absoluto sin tener en cuenta para nada el precio final de la unidad. Grandes marcas jalonan el paso de Francia por la historia: Lorraine- Dietrich, Voisin, Amílcar, Bugatti, Peugeot, Renault, Panhard, Simca..., aunque la marca que ilustra mejor la presencia gala en la historia del transporte individual es Citröen, no solamente por haber sido el mayor innovador en lo que hace a conceptos tecnológicos de avanzada, sino por ser el primer innovador europeo que produjo automóviles en gran serie y no demasiado caro y de mantenimiento sencillo. Este criterio fue inmediatamente asimilado por Henry Ford, indudablemente un genio que puso al mundo sobre ruedas al construir en serie el célebre Ford “T” en 1908. Como Henry Ford se identificaba con los granjeros, su auto tenía cierto look folklórico. Las rutas en mal estado no lo afectaban y su diseño era tan simple que los mismos dueños podían arreglarlo con un pedazo de tela o chicle. Los hombres del campo podían separar el motor y utilizarlo para quemar madera, bombear agua o activar sus máquinas. Recién en 1927, cuando más de 15 millones de unidades habían salido de su fábrica, decidió producir un nuevo diseño. Semejante figura hace que la historia olvide que antes que el Ford hubo otro auto también fabricado en serie; el Oldsmobile, aún existente como marca de General Motors y obra de otro genio, Ramson Eli Olds.

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i bien la mayoría de los constructores norteamericanos han practicado el culto del utilitarismo, el compresor, por ejemplo, fue utilizado por primera vez en autos estadounidenses (Apperson, Chawick); igualmente la primera tracción delantera con motor transversal (Christie). Si hay que dejar en el camino a grandes fabricantes para lograr la síntesis del automóvil americano, quedarán soslayados Packard, Studebaker, Nash, Hudson, Willys, Kaiser para dejar paso a los gigantes que aún prevalecen: Ford, Chrysler y General Motors. Como en otros tantos terrenos, el crecimiento japonés en la historia del automóvil es increíble. Iniciada la industria en la posguerra, en apenas 40 años invadió el mundo con productos de excelente calidad y precio competitivo. Obligó a la industria norteamericana a asociarse con las grandes productoras niponas a fin de no perder totalmente los mercados –incluyendo el interno norteamericano- y una de sus marcas –Honda- dotó de un motor ganador a un che nada menos que de Fórmula 1, el Mc Laren. Y Honda empezó a fabricar vehículos de cuatro ruedas... ¡en 1961!. Hoy, Japón está presente en el mundo a través de Nissan, Datsun, Toyota, Subaru, Suzuki, Isuzu y Daihatsu. Compite en calidad con los alemanes, en performance con los italianos y en precio con los americanos. Y por primera vez en la historia, el año 1989 marcó todo un récord: el auto más vendido en los estados Unidos fue el Honda Accord. Cuando comenzamos nuestro viaje por el automóvil hablamos del francés Cugnot. Para terminar – aunque podríamos tomar otro ejemplo también abordaremos a otro francés: el Peugeot. Es que de aquella caldera autopropulsada al Peugeot Próxima media toda la distancia posible en el concepto del auto. El Próxima – por ahora un Concept- Car- incorpora piloto automático, radares, computadoras de cálculo de distancia, rumbo direccional giroscópico. Quien lo maneje no deberá sufrir como Cugnot calculando si la presión de la caldera es suficiente para mover el carro a 4 kilómetros por hora, sino ser el administrador inteligente de una unidad – si no más- por lo menos tan inteligente como quien lo maneja.

CRONOLOGÍA

1885. El primer auto a nafta.

• Karl Benz fue el precursor de la instalación de un motor a explosión utilizando nafta como combustible. El triciclo de Benz, construido en 1885, tenía una única rueda de dirección delantera y alcanzaba los 15 kilómetros por hora.

1888. Los neumáticos.

• Ejercía como veterinario en Belfast, Irlanda, cuando inventó en 1888 el neumático. John Boyd Dunlop fue el autor de uno de los progresos fundamentales en la historia del transporte cuando tuvo la idea de equipar las ruedas de la bicicleta de su hijo con tubos de goma inflados con aire. La misma idea había sido expuesta antes por el belga Dietz, en 1836, y por el inglés Thompson en 1845, aunque ninguno de ambos llegó a concretar su proyecto.
Dunlop patentó su invento y montó la primera fábrica de neumáticos, incluyendo en el procedimiento la vulcanización inventada por Goodyear. En 1891, la firma francesa Michelín, dirigida por los hermanos Edouard y André Michelín, desarrolló el neumático desmontable para velocípedos (bicicletas de la época) y fue al mismo tiempo la primera empresa en ofrecer neumáticos para automóviles franceses en 1895.

¿QUIÉN INVENTÓ EL AUTOMÓVIL?

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i se habla del concepto “automóvil”, la idea de un vehículo autopropulsado se remonta a la antigüedad y reaparece en el Renacimiento, especialmente en los dibujos de Leonardo da Vinci. Si se habla del automóvil como realización concreta, los primeros fueron construidos a principios del siglo XVIII: el auto a muelles espirales de Jacques de Vaucanson –1740- ; el generador eólico de Genevois –1760-; el aparato movido por aire comprimido de W. Medhurst –1799- y finalmente la máquina de vapor que, bajo el nombre, presentó Cugnot entre 1763 y 1765. El motor a vapor permitió la realización de automóviles realmente utilizables y se considera al fardier de Nicolás Cugnot como el primer automóvil.
La evolución siguiente es del vapor a la combustión interna. Los primeros motores de este tipo se deben al suizo Isaac de Rivaz –1807-, al inglés Samuel Brown –1826- y al francés Etienne Lenoir –1862-.
La concreción del motor a nafta, tal como los actuales, montado en lo que se puede considerarse como el primer auto se debe a los alemanes Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach. Fue en el año 1889.





1891. Autos eléctricos.

• El primero apareció en 1891 y fue norteamericano –el Electrobat- fabricado por la Empresa Morris y Salom. En 1892 se fabricó el segundo _Morrison- hecho en Des Moines, Iowa. Duró hasta 1896. En Francia, el auto del ingeniero Charles Jeantaud, inventor en 1894 de un faeton con motor eléctrico de 4 HP, cubrió en 1895 la distancia París-Burdeos-París utilizando baterías de recambio cada 200 kilómetros. Los autos eléctricos no prosperaron fundamentalmente por su escasa autonomía y su excesivo peso.

1894. El último auto de vapor

• Fue inventado por el francés León Serpollet, que insistió con el vapor como impulsor, a pesar de que ya había autos con motor a explosión. En 1894 se registra la última aparición de un vehículo de vapor: el carro de Dion-Bouton, que ganó la carrera disputada entre París y Rouen, el 22 de julio de 1894, sobre una distancia de 126 kilómetros.

1895. El primer auto con neumáticos

• Los neumáticos inflados hicieron su aparición en la carrera disputada entre París-Burdeos-París en 1895. El automóvil que montaba neumáticos pinchó nada menos que ¡sesenta veces!, pero quedó demostrada la posibilidad de reemplazar con cubiertas inflables las durísimas cubiertas macizas de la época.

1899. Aparece el auto cerrado.

• Gracias a Louis Renault, desde 1899 los automovilistas pudieron dejar de usar pieles, gorras, guantes, echarpes y antiparras. Porque Renault fue el constructor del primer coche cerrado, es decir con techo, parabrisas y cristales laterales.

1901. El Mercedes.

• Construido en 1901, se trata de un modelo muy perfeccionado del primer coche concebido por Daimler y Maybach en 1899. Le pusieron Mercedes en honor a la hija de Daimler. Este coche causó sensación en su época, tanto por su aspecto –es el primer coche que no se parecía a un carruaje- como por sus cualidades técnicas. Su velocidad máxima era de 85 km/h. Después de la fusión de la casa Daimler y Benz, en 1926, la marca se convirtió en Mercedes Benz.

1902. El disco de freno

• Fue inventado en 1902 por el médico inglés C. Lanchester. El freno de disco se utilizaba especialmente en vehículos militares, hasta la victoria de la marca inglesa Jaguar en las 24 Horas de Le Mans de 1953. Este auto ganó con frenos de disco marca Dunlop, patentados en 1945 y previamente utilizados en aviación. En autos de gran serie, el primero en ofrecer como equipo normal los frenos a disco fue el Renault 8 de 1962.

1903. Cinturón de seguridad

• La primera patente fue registrada en 1903 por el francés Gustave Désiré Liebao, bajo la denominación “tirantes protectores para vehículos, automóviles y otros”. Otro antecedente es el de un modelo parecido experimentado por el coronel médico norteamericano Stepp, quien hizo practicar una experiencia con un vehículo lanzado a más de 200 kilómetros por hora. Adoptado primero en los aviones, el cinturón de seguridad fue sufriendo transformaciones sucesivas hasta que, luego de pruebas realizadas entre 1959 y 1963, la empresa sueca Volvo decidió montar cinturones de seguridad como equipo normal en todos sus autos.

GOTTLIEB DAIMLER Y KARL BENZ

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a historia reserva a Karl Benz el mérito de haber creado el primer auto con motor. Pero guarda para Gottlieb Daimler el mérito de haber creado el motor de combustión interna. Y, cosa increíble, Daimler y Benz no se conocieron jamás. Sintéticamente, la historia de Daimler es así: nacido en 1834, en 1860 comenzó a desarrollar un motor liviano que pudiera adaptarse a los vehículos y que funcionara con combustible líquido. En 1872 empezó a trabajar en la empresa Nikolaus Otto, quien había patentado una nueva idea para un motor de gas natural diseñado por él mismo. Los celos entre Otto y Daimler obligaron a éste a instalar, asociado con Wilheim Maybach, su propio taller en 1882. El primer motor eficaz de Daimler fue instalado en 1885 en la bicicleta de madera de su hijo Paul. El mismo motor dio también buen resultado en un bote y en dirigibles. La única preocupación de Daimler era la eficiencia del motor. Su interés por los diseños para hacer que éste sea aplicable a una unidad fue lo que diferenció de Benz. Karl Benz diseñó un automóvil de tres ruedas. El motor se ubicaba horizontalmente en la parte trasera y el encendido eléctrico, el sistema de transmisión diferencial y la refrigeración por agua lo caracterizaron como el primer vehículo diseñado como una unidad integrada. Por caminos distintos Daimler y Benz construyeron automóviles, aunque ninguno de ellos sobrevivió para ver la fusión generada por los problemas económicos de ambas empresas. Esa fusión es la que hoy construye automóviles que son símbolo de prestigio: los Mercedes Benz.

1906. Espejo retrovisor.

• Fue en 1906 cuando el inventor francés Alfred Faucher se le ocurrió que no solamente había que mirar hacia delante, sino también hacia atrás. Registró entonces una patente bajo la denominación “Espejo avisador para automóviles”. Parece ser que a Faucher lo había chocado de atrás varias veces, porque también fue el inventor del “Mecanismo Indicador del Cambio de Dirección”, antepasado de la actual luz de giro, y además de un sistema de luz trasero de señalización accionado por el pedal de freno, o sea la luz de “stop”. Diez años más tarde, al espejo retrovisor central interior se le sumarían los retrovisores laterales.

1906. Nace el Rolls Royce

• Desde que el Silver 40/50 hizo su primera aparición en el Salón del Automóvil de Londres de 1906, fue considerado como el coche más bello del mundo por los ojos de la época. Y ese prestigio sigue hoy por hoy, mantenido por un esquema de celosas tradiciones, tal como fueron concebidas por Frederick Henry Royce, un industrial que empezó vendiendo diarios a los 10 años, y por Stewart Rolls, hijo de un acaudalado lord de la Corona y apasionado por la velocidad y el vértigo.. Bajo la única consigna de la perfección, ambos hombres iniciaron una sociedad para fabricar lo que empezó siendo el automóvil de los reyes y terminó siendo el rey de los automóviles: el Rolls Royce.

1908. La revolución del Ford-T.

• Construido en 1896 por Henry Ford en Detroit, estado de Michigan, Estados Unidos, el Ford-T salió de la línea de montaje en serie en 1908. Esta fabricación en cadena, la primera en su género, era una aplicación de los principios de Taylor, creador de la organización científica del trabajo: absoluta especialización, supresión de movimientos inútiles y aprovechamiento total de las herramientas. Tal concepto es el que permitió que, entre 1908 y 1927, saliera de las fábricas Ford quince millones de unidades del modelo “T”, el auto que puso al mundo sobre ruedas.




1909. La Bugatti Royale.


• Está considerado como el clásico más buscado del mundo. Obra de uno de los más célebres constructores de autos, el italiano Ettore Bugatti, desde su fábrica instalada en Francia, realizó entre 1909 y 1939 unidades de turismo y competición. En 1987, una de las únicas seis Bugatti Royale que hay en la actualidad fue comprada por un grupo empresario.

EL PRIMER AUTO ARGENTINO

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l 20 de noviembre de 1907 el primer automóvil argentino salió a la calle. La construyó pieza por pieza un inmigrante gallego que arribó desde su Pontevedra natal en 1884. Se afincó en la ciudad bonaerense de Campana. Se llamaba Manuel Iglesias y dedicó cuatro años a concretar su obra que, en su primera salida y a raíz de un entrevero con un pichicho que salió a ladrarle, fue inmediatamente bautizado como “el mataperros”.
El auto no tenía carrocería. Estaba impulsado por un motor monocilíndrico de 2000 centímetros cúbicos y la transmisión se efectuaba por medio de una caja de siete engranajes, con una sola marcha hacia delante. El embrague no era más que una pieza cónica forrada en cuero y el diferencial constaba, como los actuales, de un piñón y una corona. Las ruedas, como las de los carros, eran de madera con llanta de hierro.
Tanto el vehículo como el motor fueron totalmente construidos por Manuel Iglesias. Teniendo en cuenta que su realización se efectuó integralmente en la ciudad de Campana, por ley 8501 del gobierno de Buenos Aires, en 1977 se declaró a campana como “cuna del automóvil argentino”.

1947. Ferrari en acción

• Este año hace su aparición el coche deportivo por excelencia y el que más pasiones despierta en la legión de tuercas. Su realizador es el mítico don Enzo Ferrari, quien desde 1921 y hasta 1938 había trabajado para la fábrica Alfa Romeo, primero como mecánico, luego como tester y por último como jefe del equipo de carreras. El primer modelo fue el 125, un monoplaza para competir en Gran Prix. Enseguida El mago de Marannello, como lo llamaron a don Enzo se dio cuenta de que para financiar su deporte favorito debía comercializar un número creciente de autos aptos para andar por los caminos de Europa. Así nació su línea de coches deportivos de dos asientos que provocaron una revolución en las unidades de este tipo.

1978. Sistema antibloqueo de frenos

• El sistema antibloqueo ABS (Anti Blocking System), creado y puesto a punto por la firma alemana Bosch, se fabrica desde 1978. Actualmente, el 14 % de los vehículos fabricados en Alemania cuentan con este sistema. Al pisar el pedal del freno, el ABS permite inmovilizar el auto en un tiempo mínimo, en rectilíneo o en curva, sobre suelo mojado, seco, helado o con ripio. En lo que hace a frenos es el progreso más importante desde la invención del freno de disco. La ventaja es fundamental del ABS es que permite que aún a pesar de las variaciones de condición de piso, el automóvil frena sin desviarse de su trayectoria correcta.

1983. El primer doble tracción

• La primera berlina –es decir un sedán normal de cuatro puertas- es un ser dotada de fábrica con tracción integral, o sea en las cuatro ruedas, es el Audi Quattro, presentado en Europa en la primavera de 1983.

1989. El auto inteligente

• Toyota presentó en 1989 el prototipo FXV-II, el auto inteligente más avanzado de la actualidad. Tiene un motor V-8 de cuatro válvulas por cilindro, techo traslúcido con regulación de la entrada de luz solar por medio de cristales líquidos y limpiaparabrisas de funcionamiento automático. También posee un sistema de navegación por satélite, radar de mantenimiento de distancia con relación al vehículo precedente, sistema de freno antideslizante y antibloqueo y suspensión automáticamente regulada. Más ambicioso todavía es el modelo Prometheus, lanzado por iniciativa de Daimler- Benz y que ya se encuentra en fase de experimentación. Este sistema tiene por objeto crear una asistencia total al conductor mediante la instalación, tanto a bordo del vehículo como en la calzada de instrumentos de medición y control, radares, balizas infrarrojas que le permitan saber al mínimo detalle todo lo que ocurre en el interior de su automóvil y fuera de él. Se espera fabricarlo en serie para el año 2000.